Christina Pesoli, escritora y madre de una niña de once años, considera que ya es suficiente con el amplio despliegue de imágenes de Justin Bieber en la publicidad y en toda una gama de productos como para que el cantante invada el espacio personal de las preadolescentes en la misma cama (cubrecamas, sábanas, almohadas).
Christina Pesoli expone un total de cinco razones en un artículo de 'Huffington Post' por las cuales no debería haber objetos de Justin Bieber en un dormitorio y menos en la cama de una joven por más fanática que sea del cantante.
En primer lugar, 'envía mensajes erróneos acerca del respeto hacia el espacio personal' y Justin Bieber lo invade. El segundo motivo que menciona es que 'empuja a las niñas a abandonar la niñez prematuramente'.
Luego, Christina Pesoli señala que 'condiciona a las niñas a aceptar relaciones desequilibradas cuando sean mayores' y también que Justin Bieber 'no ayuda a las niñas a conciliar el sueño'.
La escritora explica que la emoción de tener al ídolo del pop con ellas produce aceleración en los latidos del corazón como si hubiera consumido grandes cantidades de cafeína y azúcar, lo cual impide dormir.
La última razón que expone Christina es que 'los productos son estéticamente desagradables a la vista' y que sus diseños no son adecuados para que una niña concilie el sueño por las noches.
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